martes, 15 de mayo de 2007

¿Por qué Bruce?

Hoy he estado modificando mi blog, y quería resaltar algunos aspectos que sirvieran para que aquellos amigos que les guste pensar (a veces :-) y quieran visitar este blog de vez en cuando, puedan saber un poco mejor cómo soy o cuáles son mis gustos o preferencias.

Muchos de vosotros conocéis cuales son estos gustos, y no os sorprenderéis de lo que aparece aquí: Bruce Springsteen, El Padrino, el Barça, mi guitarra, el mus, mi libro favorito, las sobremesas con amigos o las copas en lugares donde se pueda escuchar buena música y hablar con ellos.

Pero tanto el que me conozca desde hace años como el que no me conozca tanto, se podría preguntar por qué es tan especial Bruce Springsteen para mí, y por qué aparece en lo más alto de mi lista de preferencias. La verdad es que yo también me he hecho esa pregunta muchas veces. Voy a intentar explicarlo, contando toda mi historia, es un poco largo, pero creo que os va a gustar.

La primera vez que yo escuché el nombre de Bruce Springsteen fue en casa de mi primo, yo creo que tenía 14 años, y mi primo se acababa de comprar la Caja de 5 discos en directo (Live 1975-1985). Ese mismo año, en Agosto, Bruce había dado en Madrid un concierto, que la gente que estuvo allí (Vicente Calderón) lo considera como el concierto de su vida. Yo el único recuerdo que tengo de ese concierto, es que al día siguiente del concierto, Bruce Springsteen salía en la portada del ABC.

Tendría que pasar un año más para que yo descubriera a Bruce. Tenía 15 años, y ya por aquel entonces, empezaba a comprar con las pocas pelas que tenía algún disco o cassette a escondidas, para que mis padres no me echaran la bronca. Recuerdo que me compré el cassette de Born in the USA. Y empecé a escucharlo a todas horas, mortificando a mis padres a mi hermana y a mis amigos, y eso fue sólo el principio de lo que vendría después.

Cuando cumplí los 16, me compré la famosa Caja de los 5 discos en directo, y a partir de ese momento, Bruce Springsteen se convirtió en Bruce, y empecé a comprarme todos los discos que había sacado hasta entonces (unos en vinilo, otros en CD´s porque decían que era el futuro) y mí habitación se llenó de posters de él (en concierto con su pañuelo en la cabeza a lo Rambo, o con su chupa de cuero). Bruce sonaba en mí cuarto todo el tiempo, y sólo quería que mis padres se fueran a dar una vuelta para poner la música al máximo volumen e imitar sus gestos en los conciertos.

No era demasiado consciente de lo que querían decir las letras de sus canciones (mi inglés nunca ha sido muy allá), pero me encantaba la fuerza de sus canciones, el ritmo que tenía, las guitarras, el saxo, la batería, etc. Y de esta forma, con 16 años, Bruce se había convertido en mi cantante favorito. Por aquella época, Springsteen había sacado ya sus mejores discos (el último disco era el Tunnel of Love, que incluye 2 de las canciones más bellas escritas por Bruce, Brilliant Disguise y One Step Up, coincidiendo con su separación y boda con su actual mujer y vocalista de la banda).

Luego llegaron los nuevos discos (Human Touch y Lucky Town), que por supuesto compré el mismo día que salieron a la venta, pese a que ahora puedo decir que no son ni de lejos comparables a los grandes clásicos de Bruce (Darkness of the Edge of Town, para mí el mejor, Born to Run o The River), además los había grabado sin la E Street Band (su banda de toda la vida). Me quedé con las ganas de verle en la gira del año 92, porque sólo tocó en Barcelona y Zaragoza (creo), y por aquel entonces, no tenía la facilidad de viajar a Barna que tengo ahora, así que me tuve a aguantar.

Pero al siguiente año, anunció nueva gira y tocaba en Madrid (para mayo de 1993). En el momento que me enteré compré la entrada, creo que fue en Septiembre, y me daba lo mismo ir sólo, y que faltarán 9 meses para que llegará el concierto. Y por fin, llegó el día, lo recuerdo como si fuera ayer mismo, por la mañana me fui a la facultad y directamente me fui al concierto con unos amigos.
El concierto fue increíble, pese a que no tocó con su banda de siempre. Todavía tengo el recuerdo de su salida al escenario y su primera canción tocando la armónica, una versión acústica de Darkeness of the Edge of Town, y como no el momento en que tocó The River con el estadio completamente apagado y lleno de luces de mecheros, o el Born to Run cuando el estadio se enciende y anuncia el fin del concierto, antes de empezar con los bises, con toda la gente de píe y cantando el famoso estribillo final "Baby, We were born to run".
Salí completamente impresionado, exhausto, sin voz, impactado, en una nube con 2 camisetas de Bruce, que al final después de años, mi madre convertiría en trapos de limpiar, como suelen hacer todas las madres, y el posterior drama. El efecto inmediato de los conciertos de Bruce es que te pasas una temporada que lo único que quieres escuchar es Bruce, aunque lo hayas escuchado mil veces. A mí me ha pasado después de todos sus conciertos en los que he estado.

Y fueron transcurriendo los años, esperando a que sacara nuevos discos: nuevos estilos, recopilaciones, grabaciones inéditas, etc. Y aunque desgraciadamente lo que ha ido sacando en los últimos años, no tenga la misma calidad de sus primeros discos, para mí como para tantos otros, sigue siendo Bruce, y sea bueno o menos bueno, sus discos ocupan un lugar especial entre todos mis CD´s (El Rincón de Bruce), y siempre que ha dado algún concierto y he podido, allí he estado.

Pero, ¿por qué Bruce?. Pues evidentemente, porque me gusta su música, y eso va en cuestión de gustos, y sobre gustos no hay nada escrito. Me gusta el ritmo de sus canciones, su guitarra, los punteos, por supuesto su armónica, pero también la fuerza de su batería, la elegancia y potencia de su saxo, la sensibilidad de su piano, en fin me gusta todo lo que es Bruce y su banda.

Pero por otro lado, Bruce es el ejemplo de una persona que luchó desde pequeño por lo que le gustaba, por lo que le hacía ser feliz y viviendo en un entorno complicado, donde lo normal o lo que tocaba era ser buen estudiante (Bruce no lo fue) o trabajar en la fábrica (como hacía su padre). Bruce persiguió su sueño y logró salir de aquellas calles (como dice en sus mejores canciones), persiguiendo un sueño y a golpes de guitarra.

Y por encima de todo, cuando tú ves a Bruce en concierto, ves un tío auténtico, sin parafernalias de luces o escenarios increíbles. Es un tío con su guitarra, su banda de toda la vida, y dejándose la piel durante 3 horas. Cuando termina el concierto, no se sabe si estás tú más cansado que él, pero a parte de acabar impresionado por todo lo que has vivido, sientes una enorme gratitud hacía él y se produce una extraordinaria comunión entre él y el resto de un enorme estadio que siente lo mismo.

Por todo esto, por su autenticidad, por su fe en conseguir sus sueños, por su música, por su fidelidad a su estilo, por eso Bruce Springsteen, para mí es Bruce, y continúan en mi cuarto colgados todos sus discos, como un gran cuadro lleno de recuerdos y de enseñanzas, porque todos esos discos tienen de alguna u otra forma un significado especial para mí, y que sirvieron y me sirven para superar momentos complicados o para disfrutar más de los buenos momentos.

martes, 1 de mayo de 2007

¿Dónde encontrar algo de autenticidad?

Ayer, salí con unos amigos por el centro. Y cuando regresé a casa, caminando sólo por el centro de la Gran Ciudad, pero acompañado por acelerones de coches, sirenas de policias, y orientales vendiendo bocadillos y latas de cerveza en cada esquina de la Gran Vía, no pude evitar sentir una gran tristeza, pero con la tranquilidad de que todavía no estoy perdido en esta Ciudad.

Estuve en un par de bares de copas, donde te envenenan con efectos retardados, como dice la canción Pájaros Mojados, así que ayer tocaba cerveza, que te permite ver todo con más claridad que las bebidas blancas. Y lo que ví, no me gustó.

No era diferente a lo que puedes ver otras noches por Madrid, o por cualquier ciudad: locales atestados de gente, con "música" que no tengo palabras para definirla, si es que se puede llamar música, con grupos de "machos" mostrando sus músculos cultivados durante horas en gimnasios (también atestados durante la semana) a grupos de niñas con las mismas intenciones que ellos: encontrar a alguien con quien pasar la noche, sea con quien sea, y sea como sea.

Así que después de beberme mi tercera cerveza, decidí retirarme, buscando olvidar todo lo que había visto hasta ese momento, y deseando llegar a casa, para poder escuchar algo de buena música, que me pudiese contar algo, con letras cuidadas o que me despertaran algún tipo de sentimiento o emoción.

Volví a casa sólo, desde Huertas, paseando por la Gran Vía, y me acordé del artículo de la Gran Ciudad. La ciudad seguía latiendo a un ritmo frenético, pese a ser las 4 de la mañana, y aunque había mucha gente por la calle, tuve la misma sensación de soledad que había tenido durante toda la noche. Y una sensación de tristeza por todo lo que vi, dentro y fuera de los bares, pero también, tenía fuerzas suficientes, para rebelarme ante todo lo que no me gustó, sin dejarme arrastrar por todo eso que detesto.

Y la única forma de conseguir esto es siendo yo mismo. Siendo auténtico, fiel a mis gustos y forma de ser y pensar, como mejor receta para defenderme de todo lo que te venden como lo normal, lo que hace todo el mundo y lo que toca. Por eso, tengo la traquilidad de conciencia, que pese a estar viviendo Días de Vértigo, en una sociedad falta de autenticidad, todavía no me he perdido en esta Gran Ciudad.

Por supuesto, me dormí escuchando Sácame de aquí, qué casualidad ... ;-)